– La verdadera trinidad de Camelot era dar buena imagen, patear traseros y echar polvos, Ellroy American Tabloid 1995. No importa cuándo ni donde lo lea, desde los años 50´s del siglo XX en Estados Unidos, recién terminada la Segunda Guerra Mundial que empenzó a entrar en las casas por todo el planeta el electrodoméstico conocido como televisión. Apenas se trataría de las 6 ó 7 últimas décadas, pero a cambio, los medios de comunicación en los que cocían los escándalos los hermanos Kennedy, se hizo hegemónico hasta el punto que el único que plantó cara desde entonces, otro lugar virtual, lejos de suplantarlo o sustituirlo se le hizo subsidiario de hecho, de forma que prácticamente puede jugar a lo mismo en cualquier lado. Cuando el juez desmontó las mentiras sobre las andanzas de la tarjeta del móvil de Dina, se parecía extraordinariamente a los programas y reportajes sobre acoso virtual de las televisiones, el 98% rencillas entre ex parejas, expulsados de grupos amigos y bandas incluso laborales, siempre problemas de convivencia entre personas que se conocen quizás demasiado para lo que sería deseable, pues tanto los datos o mensajes motivo de escándalo, conocidos en programación como objetos, aunque solo fueran pantallazos de chat, eran los que se cruzaban, a veces a sus espaldas o como mínimo a escondidas, dentro del propio círculo de Iglesias , antiguos abogados, asesores, amigos, parejas, estrategas, pero siempre elegidos o consentidos por el mismo personaje que luego se sienten perjudicados e intentn convencer a los suyos como si fueran ataques a la democracia y hasta la humanidad. Pero el colmo es que cuando les afean la conducta o simplemente los pillan, a veces jueces, se excusan diciendo que todos haríamos los mismo, incluso los que por mucho menos nos tratarían a patadas y con razón.
Por si puede ayudar a desenredar el pulpo, refresco la #frases:
– El punto de partida de este hecho (acusación y denuncia falsa, simulación de delito, falso testimonio; clasificados como C y D en la exposición razonada del juez contra Iglesias y otros políticos, abogados y periodistas de 7 octubre 2020) se sitúa entre 21 y 28 julio 2016, cuando el periódico digital Ok diario publicó varias noticias junto a las que se reprodujeron imágenes idénticas a alguno de los archivos que se almacenaban en la tarjeta de memoria micro SD de la marca Samsung inserta en el Sony Xperia Z2 cuya desaparición en el Ikea de Alcorcón denunció Dina junto a su pareja Sa Ferreira el 1 noviembre 2015. A los meros efectos de la mejor comprensión de la situación en ese momento (el de la denuncia presuntamente falsa de las muchas que hubo) debe recordarse que entre la fecha del robo y la publicación de las imágenes en Ok diario transcurren algo más de 8 meses, periodo en el que se convocaron y celebraron 2 elecciones generales, los domingos 20 diciembre 2015 y 26 junio 2016. Aunque el juez fuera lector de Hammett, célebre por su estilo tan escueto que si aparcas la lectura prácticamente se tiene que volver a empezar desde el principio, con captítulos tan relacionados como el 3 La treta del sombrero de La llave de cristal que prácticamente constituyen novelas dentro de la novela, solo cabe quejarse de que se toma demasiado en serio los detalles a diferencia de otros jueces en lo de desmontar patrañas que se cuentan. Por ejemplo los pseudoperiodistas metidos tertulianos de la tele, que les resulta insólito que se pueda entrar en los procesos como perjudicados, y se salga rigurosamente empapelados como Alberto Pozas, que era jefe de información de la Moncloa al servicio de Sánchez y director de la desaparecida revista interviú del grupo Zeta, no solo investigado en el caso o casos Villarejo, pues fue el quien facilitó la copia de la tarjeta de memoria micro SD de otra marca al célebre comisario de policía jubilado, y si se llega adelante la instrucción de delitos cometidos durante la instrucción del caso mayor, también es sospechoso junto con Iglesias de haber filtrado los famosos pantallazos a Eduardo Inda, Esteban Urreitztieta y creo recordar que otros muchos que se hicieron eco del célebre deseo de linchamiento a Mariló Montero. Mientras que el célebre comisario de policía llegó al suceso meses después de cometido, como acostumbran, pero además la copia de su tarjeta de memoria encontrada en el registro de su domicilio de la que también aparecieron imágenes cuando se levantó el secreto de sumario, se ve claramente que es de otra marca, y si la analiza alguien que sabe (en la explicación razonada aparecen pasajes de la carpeta Sent en la que estaban archivados los pantallazos, lo que demostraría que fueron enviadas por la dueña del móvil y al menos 1 periodista se lo merece por haber sido el del hallazgo singular a los 8 meses) es fácil entender que la inservible o deteriorada de las denuncias, que incluso se mandó a reparar aportando nuevas pruebas de las que dicen que no hay, es la original que tuvo en sus manos Iglesias, y probablemente ocultó ese asunto no solo a su asistenta, sino a sus compañeros de partido también empapelaos y los abogados entre los que también hubo relevos y bajas.